Desde Gutenberg y el inicio de los tipos móviles, los mensajes se han transmitido con familias tipográficas bien distintas de las que estamos acostumbrados en la actualidad. En un primer momento las tipografías utilizadas eran muy trabajadas con complicadas decoraciones y terminales, generaban textos densos y de difícil lectura. Todo esto evolucionó con el arte moderno, etapa en la que se apostó por mostrar una tipografía con formas de palo seco, un espesor de trazo uniforme sin decoración y adornos, acompañada de elementos gráficos modestos, para poder dar el mensaje de manera más directa y eficaz, ayudando de esta manera a la legibilidad.
Diariamente nos encontramos expuestos e influenciados por mensajes visuales y tipográficos, en los que la forma tipográfica se convierte en dibujo, llegando a confundirse con mancha gráfica. Eso es porque en la actualidad el abanico de posibilidades es inmenso, cada día los tipógrafos, gracias a la facilidad de la informática, diseñan fuentes tipográficas orientadas a un público cada vez más específico.
Por ejemplo, dentro del sector educativo, nos encontramos con la posibilidad de utilizar fuentes con carácter manual, que simulan la escritura de un niño cuando está aprendiendo a escribir, o la textura de una tiza sobre las pizarras tradicionales.
Con la tipografía somos capaces de trasmitir además de conceptos, y mensajes, características más sutiles que a simple vista no somos conscientes de ellas.
Les pongo un ejemplo; la palabra “Javier” escrita en minúsculas con una tipografía Comic Sans y la misma palabra “JAVIER” escrita en mayúsculas y con una tipografía times New Roman.
¿Cuál de ellos tiene más edad? o ¿Cuál de los dos tiene hora para llegar a casa?
Bien, con esto lo que queremos mostrar es que todas las tipografías cuentan con unos rasgos, terminaciones y características, que hacen que el usuario saque sus conclusiones, las que las letras llevan inherentes, ya que el texto puede parecer austero, conservador o futurista según la fuente en la que se escriba.
Cuando trabajamos la comunicación dentro del sector educativo, no debemos olvidar, qué queremos decir ni a quién, pero sobre todo, cómo hacer que llegue el mismo mensaje a diferentes perfiles sociales. Para ello contamos con la tipografía, nuestro arma silenciosa. Con ella podemos perfilar si el mensaje es de primer grado de importancia, o si es meramente informativo, si tenemos que trasmitir, alegría, una cita desenfadada o meramente una comunicación institucional del centro.
Si pensamos en la importancia que tiene la elección de una buena tipografía para cada momento o comunicación, nos preguntaremos ¿qué tipografía debemos escoger para comunicarnos con las familias?, la respuesta es sencilla, la que represente la esencia y valores del centro. Una tipografía como puede ser la conocida TIMES NEW ROMAN (es utilizada para comunicaciones muy formales e instituciones que necesitan mostrar un entorno serio e impermeable) mientras que por ejemplo una Arial, es más cercana.
Las familias de fuentes llamadas utilitarias, tienen una función pragmática en lugar de decorativa, estas poseen una gran legibilidad, ya que carecen de remates y su variación en el espesor y el trazo es mínima, aportando estabilidad a todas las comunicaciones del centro, son muy recomendables por su carácter aséptico y muy combinables en el caso de ser necesario con otras fuentes llamadas complementarias.
Os ponemos un ejemplo:
A la hora de diseñar un flyer para motivar a los alumnos a participar en alguna actividad con sus padres en el entorno del centro, seguramente han de convivir juntas un par de tipografías, una de ellas (recomendable máximo dos) más neutra, y otra más expresiva. Estas tipografías de apoyo a modo de complemento, suelen contar con más benevolencias, ya que se puede permitir que sean más llamativas o más explosivas, ya que en ellas recae la responsabilidad de captar la atención del usuario como un primer impacto siendo las portadoras del primer nivel del mensaje.
Cuando realizamos piezas para el Sector Educativo, además de la elección de la tipografía correcta, nos apoyamos también en los caracteres auxiliares como son los signos de puntuación, letras modificadas a gran tamaño, símbolos, pictogramas… los cuales aportan significado al texto.
Todo significa, todo tiene una segunda lectura.