La necesidad determina la solución que muchas veces se tiene delante y es imperceptible hasta que la situación muestra repercusiones directas. Los centros educativos españoles, como la mayoría de los sectores, han vivido situaciones de bonanza, en la cual las listas de espera para las matriculaciones se engrosaban cada año y no necesitaban comunicar su existencia en el mundo educativo pues el boca-oreja era suficiente para asegurarse el número de alumnos que llenaban las aulas.
Cambio radical de la situación: poco a poco se pierde
presencia en las conversaciones, se pierde fuerza en favor de otros factores.
Hay que comenzar a justificar la elección ¿por qué tus hijos tienen que venir a
mi colegio? La búsqueda de centros educativos se convierte en un auténtico
rastreo, comparativa, las posibilidades se multiplican, las opciones se
diversifican, el sector educativo sufre una auténtico desarrollo: aumenta le
oferta educativa por tipos de centro, los idiomas ya no se limitan al inglés o
francés, las actividades extraescolares que se desarrollan en el centro pueden
ocupar un libro, el currículo educativo del centro ya no va ligado a la
procedencia del colegio, sus proyectos educativos son una auténtica promesa de
futuro demostrable en hechos y logros, etc.
¿Dónde encontramos toda esa información? En la
comunicación del centro hacia fuera, pero ¿quién controla esa comunicación?
¿qué se comunica? ¿cómo? ¿cuándo? Y aquí aparece un “gap” que tienen la mayoría
de los centros educativos: la figura del responsable de comunicación ¿existe?
Los centro pioneros que supieron detectar la necesidad de gestionar todo esa
información, profesionalizaron la figura del marketing educativo, de la
comunicación corporativa, de la necesidad de la planificación de comunicación y
acciones del centro.
Todo evoluciona y van apareciendo las herramientas
necesarias para la situación, la profesionalización es una de ellas y contar
con un apoyo gráfico y estratégico adecuado, que ayude a detectar las
necesidades reales de cada centro. Ni todos los centros tienen los mismos
problemas que solucionar, ni todos deben utilizar las mismas herramientas
para el mismo problema, ni su comunicación ha de ser la misma.